miércoles, 9 de enero de 2013

Judíos "portugueses" utilizaron Canarias como epicentro del contrabando de esclavos


Elliott: ´Canarias fue el epicentro para el contrabando de esclavos, azúcar y plata´


El historiador y catedrático emérito de la Universidad de Oxford, John Elliott, aseguró ayer que "Canarias, junto con Madeira y Azores, formaron el epicentro del contrabando internacional de esclavos, azúcar y plata" en el siglo XVII.
El historiador hizo estas declaraciones en la sesión de apertura del XX Coloquio de Historia Canario Americana que, desde ayer y hasta el próximo día 19, se celebrará en la Casa de Colón, y que presidió el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, junto al consejero de Cultura, y Patrimonio Histórico y Cultural, Larry Álvarez, y la directora del centro, Elena Acosta.
"Tras la unión de España y Portugal en 1580, en ningún lugar las fronteras imperiales fueron tan borrosas como en las Islas del Atlántico, donde los contactos entre Canarias, Azores y Madeira se hacían más continuos que en otros lugares", señaló Elliott. Esta época, que duró 60 años, tuvo mayor convergencia, según el historiador, entre España y Portugal en el aspecto económico antes que en el político, y mientras España se centraba en los aspectos de la defensa, Portugal lo hizo en los negocios.
"Muchos portugueses aprovecharon la unión de las colonias para cruzar el Atlántico", y así los conversos viajaban continuamente a Canarias, los mercaderes se establecían en los territorios españoles, y Canarias, Azores y Madeira "formaron parte de un sistema integrado de monopolio del contrabando".
Elliott recordó que al principio de la época colonial, hubo un valor limitado en lo que Brasil suponía para Portugal comparado con lo que suponía las Indias para España, que se muestra en muchísimos aspectos, como las actitudes hacia las poblaciones indígenas, con la inexistencia de una legislación protectora para los indios brasileños, en contraste con el marcado corpus en los españoles, o en la complicada marca burocrática española y la casi inexistente lusa.
"Cualquier comparación de estos imperios destaca en que, además de que ambas potencias europeas fueron pioneras y rivales, tuvieron configuraciones geográficas diferentes". Así, Brasil no tuvo un efecto para el equilibrio portugués que estaba enfocado hacia Asia, "pero Tordesillas muestra un vasto territorio del palo de Brasil, una valiosa materia prima que estaba en manos privadas, y que ante las amenazas de los franceses, empezaron a ejercer un control real sobre ellas". Otro aspecto importante fue la lentitud con la que se estableció la colonia portuguesa. "A los 17 años España ya tenía a Hernán Cortés, mientras que Portugal tuvo que esperar medio siglo para su primer gobernador real" .
Esta diferencia se puede comprobar también en que el Atlántico brasileño es más abierto al español, más fiscalizado por la Casa de Contratación o por el hecho de que en 1560 unos 21.000 portugueses viajaron a Brasil, en contraste con los 250.000 españoles que fueron a Indias. "Luego comenzó a crecer la población al consolidarse la industria azucarera." Otro aspecto importante fue que los monarcas lusos tardaron en ejercer una jerarquía eclesiástica competente y sólo con la llegada de los jesuitas se habló de misioneros. "Sin embargo, en Brasil no hubo debate sobre la defensa de los indios como en España, que integra a los indígenas en la España colonial".
Elliott también se refirió a cómo la independencia de las colonias fue diferente para ambos países, siendo más violenta para España, donde Fernando VII huye ante la invasión napoleónica, mientras que el rey portugués se establece en Río de Janeiro.


El azúcar en el mundo judeoconverso de las Islas Canarias.


El azúcar, como cultivo en las Islas Canarias, se introduce a partir del año 1496, concretamente para la isla de Tenerife. Años antes ya ha tenido una presencia notable en Gran Canaria de la mano de Alonso Fernández de Lugo con su ingenio de Agaete. Estamos hablando de finales del siglo XV. Esta experiencia ha sido compartida por los judeo conversos Gonzalo de Segura y Francisco Boniel, dueños de ingenios de azúcar en Gran Canaria.Es el propio adelantado Alonso Fernández de Lugo, conquistador de la isla, quien promueve el cultivo del azúcar en Tenerife iniciando una adjudicación de tierras y aguas a cuantos estén dispuestos a su implantación. Esto sucedía a partir de los primeros años del siglo XVI.Pero no es el terreno ni el agua sino la voluntad de hacer los trabajos, con el consiguiente desembolso, lo que hace más difícil poner en marcha las fincas y las obras en los ingenios. Es la voluntad y los conocimientos para hacerlos lo que magnifica la presencia de los judeo conversos tanto españoles como portugueses.Se ha reiterado hasta la saciedad la condición de banquero del judío. Nada más falso en Canarias, donde lo realmente aportado por los judeo conversos no es el capital, que lo fue por banqueros genoveses como los Riberol, los Viña, los Ponte, los Sopranis o los Guiraldín.Los judíos, en su forma de judeo conversos, hicieron posible la explotación racionalizando los trabajos, acercando a los ingenios a los afamados maestros portugueses llegados desde Madeira y las Azores para este propósito.Debemos gran parte del conocimiento del mundo judeo converso al profesor Millares, al profesor Anaya y al profesor Fajardo. En su exhaustivo estudio debemos acompañar el trabajo de la profesora Benedicta Rivero Súarez sobre la industria del azúcar y su desarrollo en Tenerife. Cosas de la vida; el apellido Millares aparece en Gran Canaria en el año 1505 en proceso ante el Santo Oficio, en la persona de un canónigo al que se persigue como judeo converso.Sólo en los repartos de tierras y aguas ya figuran de los inicios del siglo XV y XVI Bartolomé Benítez, cuya esposa es la judeo conversa Francisca Benítez de Las Cuevas, hija de Alonso de Belmonte. Este Alonso, gobernador, inhabilitado por el Santo Oficio por su origen judío. Aparecen también: Andrés Suárez Gallinato; Pedro Vergara; Fernando Llerena; Jerónimo de Valdés; Pedro de Lugo, cuya esposa es la judeo conversa Elvira Díaz de San Lúcar; Alonso de Las Hijas y Francisco Jiménez.También aparecerá un judeo converso en la isla de La Palma, Martín Alemán, vinculado a un ingenio de azúcar.Y otros muchos, que se estudian en los textos contenidos en los Archivos del Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria y conservados hasta hoy gracias a la labor de inicio del profesos Millares.El primer ingenio que se levantó en la Orotava, lo fue por el andaluz Bartolomé Benítez, al que ya hemos visto casado con la judeo conversa Beatriz Benítez de Las Cuevas. Había vendido todas sus propiedades en Andalucía para venir a Tenerife, donde su familia hoy forma parte de la mejor aristocracia de Canarias asociando su apellido al del conquistador Alonso de Lugo a través de su hija Leonor, casada con Francisco de Lugo.Es de destacar el relieve que fueron tomando en la sociedad de la isla estas familias Benítez, Llerena, aunque con algunas alteraciones en sus apellidos bien intencionadas, que han permanecido entre nosotros y siguen en sus posiciones dentro del campo de la cultura o la industria.Tengo la sana impresión de que algunos de ellos han olvidado sus ancestros o no los han estudiado en Archivos serios.Como todo negocio, en tierras de promisión y avatares familiares, el ingenio de Bartolomé Benítez acabó en las manos del banquero genovés Nicoloso Ponte que, mira qué cosas, esta casado con Ana de Vergara, de la familia del judeo converso Pedro de Vergara.En la hacienda o ingenio levantada por el banquero Tomas Justiniano nos encontramos nuevamente con una presencia judeo conversa, la de Andrés Súarez Gallinato y Pedro de Lugo, que es el esposo de la judeoconversa Elvira Díaz.Hay un personaje, que no he podido encontrar en los trabajos sobre la Inquisición que aparece en toda la industria del azúcar tinerfeño, y se trata de Alonso de Llerena. Aparece en todos los negocios azucareros y casualmente o no tanto lleva el apellido de los judeo conversos procesados en Gran Canaria Fernando, Sebastián y Juan de Llerena.Este Alonso de Llerena de cuya procedencia judeo conversa yo no abrigo dudas, al estar vinculado por casamiento con la familia Cabrera, fue el arrendador del ingenio que fabricó en la isla el Duque de Medina Sidonia, personaje éste, donJuan de Guzmán, poco conocido en Canarias aunque fueran sus refuerzos militares, con tropas licenciadas tras la conquista de Granada, los auténticos valimientos de que dispuso el conquistador Alonso Fernández de Lugo. El pago a su intervención se hizo en tierras y aguas que en el año 1526 ya estaban en manos de nuestro personaje Alonso de Llerena.El padre del ya mencionado Nicolás Ponte es el también genovés Cristóbal Ponte, que tan pronto llega a la isla se casa con la sobrina del adelantado igualmente conocida como Ana de Vergara Y esta Ana de Vergara es la hija de Pedro de Vergara, cuyos orígenes judeo conversos han sido estudiados por el profesor Rumeu de Armas.No menos curioso es otro personaje, Lope Fernández Herrero, marido de Elena Velázquez, conversa, que intervino en la construcción del ingenio de Taganana.El apoyo necesario desde el punto de vista de las escribanías para el registro de la documentación que se iba generando tuvo también la presencia de judeo conversos, siendo los más destacables Pedro Dorador y su hijo Diego Dorador, que pasaría a la historia como Diego Riquel y cuya casa aún existe en la mejor zona de San Cristóbal de la Laguna.Otro caso será el del escribano Juan Márquez, judeo converso, cuya genealogía estará en la sangre de la familia Anchieta, concretamente en otro escribano, Juan de Anchieta, sobrino del apóstol del Brasil, José de Anchieta, entre cuyos ascendientes estarán los Llerena, a través de su madre Mencía.Las actividades del azúcar necesitan de una mano de obra cualificada y es necesario para ello hacer llegar desde Madeira y las Azores, donde el cultivo de este vegetal ya tiene una tradición. En esta nomina de artesanos llega una buena cantidad de habitantes de estas islas que ya han tenido en Portugal alguna causa con la Inquisición. Canarias en principio se ofrece como refugio.No siempre fue así y los archivos de la Inquisición del Museo Canario dan muy buena cuenta de ello.Sería bueno destacar, para que nos vayamos poniendo al día en la verdadera historia de Canarias, antes de que sólo se nos recordara por los plátanos, que la autentica riqueza de nuestra Canarias europea fue la exportación de azúcar hasta bien entrado el siglo XVI. A partir de ese año hablaríamos de vinos.Como anécdota que otro día ampliaremos diremos que también el plátano y el tomate de Canarias son en buena medida la gran obra de otro judío, y este no converso, Henry Wolfson Osipof, que promovió el cultivo de esas frutas e hizo las primeras exportaciones.

Este Castillo/Palacio fué la residencia en Tenerife del comerciante judío/ruso/ingles Enrique Wolfson y señora.

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